Tres presuntos “terroristas” perpetraron ayer una masacre en París en la redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdo. En la agresión fueron asesinados dibujantes, moneros, periodistas, policías, un corrector, y un empleado de mantenimiento. Otras 11 personas resultaron heridas.
A continuación planteo 2 preguntas sobre #JeSuisCharlie con sus respectivas respuestas, muy personales y un poco sarcásticas. No me disparen “s’il vous plaît”.
1. ¿Es justificable en algunos casos reprimir la libertad de expresión?
No, y menos con violencia. Jamás se justifica la bala contra la palabra.
La libertad de expresión, la réplica y la contra réplica son un derecho natural, siempre y cuando esté legitimado por la validez de los discursos y respaldados por la transparencia de los hechos.
Muchos dirán que el respeto ajeno es el límite de esta libertad, pero el respeto se define como “veneración o acatamiento” (RAE, 2015), que no indica equidad sino desigualdad, una relación asimétrica que incluye a un individuo “superior” a quién venerar o acatar.
La sátira es un producto de la inteligencia, es saber exaltar las cualidades de un objeto hasta el ridículo y generar una conexión con la audiencia. Es una crítica objetiva, que si bien no es literal, se apega perfectamente a las características inmanentes del sujeto burlado. Si la sátira no correspondiera a los elementos identificativos del sujeto, no produciría su fin último: la risa reflexiva. El humor, al fin y al cabo, es un proceso empático, que necesita de dos partes que se comprendan recíprocamente: el que la cuenta, y el que se la ríe.
Por eso, hacer sátira de la religión, no es ofender a la religión; es simplemente evidenciar, con humor inteligente, sus características, positivas o negativas, de maneras originales y creativas.
Normalmente el que no se aguanta la broma, el intolerante, es porque le provoca inestabilidad ideológica, al reconocer él mismo los defectos de su marco axiológico -de valores- de ideas, creencias y emociones; lo que los psicólogos llamarían una “Disonancia Cognitiva”.
Como ejemplo, este cartón de El Fisgón:
2. ¿Un acto terrorista beneficia a los grupos detrás de la protesta?
No, todo lo contrario. Los asesinos de Charlie Hebdo, lograron beneficiar al semanario con cobertura mediática a escala mundial; Y a su vez, empeorar la ya tan gastada, y mal-concebida percepción cultural islámica.
Por un lado, Charlie Hebdo tendrá más lectores que antes por el impacto mediático que la masacre ha tenido en todo el mundo. Por otro lado, y el más consecuente, ahora se exacerbará la reputación negativa del Islam y los musulmanes, no sólo en Francia sino en el resto del mundo. Este acontecimiento, es el pretexto anhelado que los xenófobos e islamofóbicos estaban esperando para revitalizar los racismos rapaces y los movimientos de ultra derecha en contra de estas colectividades.
Este acto de terrorismo, cómo lo ha definido ya el presidente François Hollande, generará miedo espontáneo, y la historia, tanto la real como la de ficción, nos ha enseñado que “el miedo lleva a la ira, y la ira lleva al odio” (dix. Yoda Star Wars: Episode V – The Empire Strikes Back 1980).
Aujourd’hui, pour être libre, authentique et sarcastique, vous devez également être courageux.
#JeSuisCharlie
Illustration: Le Petit Nicolas par Sempé et Goscinny.
Bravo
Gracias Eric fiel Lector